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miércoles, 23 de junio de 2010

EN LA VIA DEL ADULTO MAYOR

CHILE HOY: CAMINO A LA POBLACION ENVEJECIDA




Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadísticas), al presente año 2010 se estima que en nuestro país hay un 13% de adultos sobre 65 años, algo así como la mitad de la región Metropolitana. También señala que por cada 100 menores de 15 años, hay 35 adultos mayores y que al año 2020 sería 50 y 50% (adultos mayores v/s adolescentes). ¿Sorprendente, verdad?

Pero no pretendo aburrirles con datos numéricos, sólo atraer la atención sobre un hecho real, que ya es masivo, que ya está aquí y del cual somos parte ya sea como espectadores o participantes directos. Creo que en la gran mayoría de las familias existen Adultos Mayores, a veces en el mismo hogar, a veces en forma independiente pero igualmente demandando atención.




¿COMO LLEGARON A ADULTOS MAYORES?


Lo esencial a mi parecer, es que estos “Adultos Mayores” en realidad corresponden a nuestra madre, padre, abuelo(a), suegro(a), es decir, aquellos que en algún momento dieron TODO por nosotros, delinearon de alguna manera nuestras vidas, sacrificando tal vez sueños, descansos, progresos, pero por sobre todo, entregando Amor.
Sin duda el ser humano a veces goza de mala memoria especialmente cuando son situaciones poco "amables". Y una de esas es darse cuenta que  ya no son tan autovalentes, ni tan independientes. ¿que pasó en el camino? ¿acaso no fue ese desgaste por nosotros? ¿Cuanta de esa energía perdida fue para entregarse por completo.
Desde ahí entonces que muchos asumimos también con Amor el cuidado en el ocaso de sus vidas, cuando los roles se invierten y pasamos de protegidos a protectores.
PRIMER PASO, LA ACEPTACION
La observación diaria del Adulto Mayor de la familia, permite percibir mucho mas cercanamente los cambios que sufren; el deterioro propio del paso del tiempo frente a lo cual se siente una tremenda impotencia. Hay mayor sensibilidad y responsabilidad frente a esta evolución que la de los familiares – visitas. Es de gran impotencia observar como el proceso les va robando independencia, autovalencia. Sus olvidos y confusiones se hacen más frecuentes. ¡Qué difícil aceptar que nuestros robles se deterioran! ¡Qué sentimientos de dolor e impotencia nos invaden al darnos cuenta que frente a estos cambios no hay nada que podamos hacer, excepto cuidarlos, darles atención, amor.

Desde luego, este planteamiento está lejos de ser una queja; por algo hay que desarrollar paciencia, tolerancia, calma, energía, para comprender olvidos, debilidades, pérdida de destrezas, "mañas", y todo aquello  que se acentúa en la edad en que  que buscan una sola cosa: CARIÑO.

Atte.,

Juana Isabel
Equipo Cuidadores de Padres